Funeral militar para despedir a Mubarak
El Gobierno
del presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, despidió este miércoles al dictador
Hosni Mubarak como un “héroe”, en un solemne y breve funeral militar, que
transcurrió ajeno a las condenas y acusaciones de crímenes cometidos durante
los 30 años de mandato del “faraón”.
El féretro
de Mubrak, fallecido a los 91 años, llegó en helicóptero a la mezquita del
Mariscal Tantaui, a las afueras de El Cairo, poco antes del rezo musulmán del
mediodía.
Oficiales y
autoridades aguardan la llegada del féretroEn esta instalación de las Fuerzas
Armadas que Al Sisi inauguró en 2015 en homenaje al hombre que fungió como
ministro de Defensa de Mubarak hasta su salida del poder en 2011, tuvo lugar la
ceremonia que comenzó con salvas de artillería y duró apenas unos minutos.
Deudos,
amigos y allegados escoltaron el féretro en un grupo encabezado por Al Sisi y
su gabinete, que acompañó a los hijos de Mubarak, Gamal y Alaa, su mujer
Suzanne y su nieto Omar Alaa, además de los máximos responsables religiosos
musulmanes y cristianos coptos.
Sonaron los
cañones, retumbaron los tambores y la orquesta militar empezó a entonar las
primeras notas de la marcha funeraria.
El cuerpo de
Mubarak ha llegado en helicóptero
Oficiales de
los diferentes cuerpos de las Fuerzas Armadas custodiaron el cortejo y el ataúd
del nonagenario “faraón”, envuelto en la bandera egipcia y llevado en una
carroza de la guardia a caballo.
Tras él, las
autoridades siguieron la estela del cuerpo de Mubarak, que después de
acusaciones y juicios por la muerte de manifestantes durante la Primavera Árabe
fue despedido como un “héroe” de la guerra del Yom Kipur contra Israel de 1973.
El grupo
desfilo en silencio bajo la música militar y con caras sin expresión, como la
del exmariscal Al Sisi que, como de costumbre, escondió su mirada tras unas
gafas de sol.
El Gobierno
egipcio, que desde el ascenso de Al Sisi al poder mantuvo distancia con
Mubarak, no escatimó esfuerzos en los preparativos.
Mubarak
presidió Egipto durante tres décadas
En el
primero de los tres días de duelo nacional decretados ayer por el Gobierno, El
Cairo amaneció con un fuerte dispositivo policial que impedía el acceso a
varias calles y a la mezquita donde se llevaron a cabo las exequias.
Tampoco
escatimaron esfuerzos en presentar condolencias y, tras la ceremonia, los
miembros del Ejecutivo y otras personalidades pasaron uno por uno a estrechar
la mano a los familiares del difunto, que murió en un hospital y, como él
prometió tras ser depuesto, en Egipto.
El
presidente egipcio ha decretado tres días de luto en el país
No hubo
discursos públicos por parte de las autoridades ni la familia, los únicos que
alzaron la voz fueron los simpatizantes que atendieron al rezo, que tras la
ceremonia rompieron el silencio a gritos de “¡Viva Egipto!”.
Tampoco hubo
recuerdo para las víctimas del régimen, de las que sí hablaron las redes
sociales y unos pocos defensores de derechos humanos, como el director de la
ONG Red Árabe para la Información de Derechos Humanos (ANHRI), Gamal Eid, quien
ayer dijo que Mubarak “no merece un funeral oficial, ni pensión, ni honores”.
Cientos de
egipcios partidarios de Mubarak han llorado su pérdida
A las
puertas de la mezquita, una veintena de nostálgicos del régimen que no pudieron
presenciar el funeral lloraron ante las cámaras de los periodistas por la
muerte del líder, envueltos en camisetas, sosteniendo pancartas y llevando
chapas con imágenes del difunto dictador.
“Mubarak es
mi padrino. Ahora no tengo respaldo. Yo vivía en este mundo respaldado por él”,
dijo a Efe Walid Sabri, de 32 años, a las puertas del recinto.
Oficiales de
las fuerzas aéreas egipcias muestran sus respetos a Mubarak
Entre los
pocos acólitos de Mubarak que recorrieron largas distancias para estar cerca de
su féretro, destacaba Asila Abdelmuati, de 40 años, que levantaba una pancarta
que rezaba: “Te fuiste de este mundo, pero no de nuestros corazones. Adiós a la
sonrisa de Egipto”.